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11 de abril de 2009

Sudamérica de punta a punta con aceite de cocina usado


¿Cuántas veces nos preguntamos qué hacer con el aceite de cocina usado? Una pareja de mexicanos encontró una respuesta a esta pregunta y viajó desde México hasta La Patagonia con una camioneta que carbura con un biodiesel elaborado únicamente a partir de éste líquido.
Agnes Merat, de 34 años, y Chimi, de 33 años, soñaron esta cruzada ecológica desde hace años. El proyecto consistió en atravesar 13 países, dar 24 charlas, visitar 29 proyectos y reciclar 2600 litros de aceite. Luego de llevar 8 meses arriba del Laboratorio en movimiento, la semana pasada llegaron a Buenos Aires, su destino final.
En su página de Internet (laboratorioenmovimiento.com), donde postearon a lo largo del recorrido siempre que tuvieron una máquina a mano, Agnes y Chimi explican que el combustible utilizado “es un símbolo ecológico independiente que no apoya a la industria de los biocombustibles ni entra en competencia con la alimentación”. Esto se debe a que sus gasolineras son los restaurantes que encuentran en su camino.
Viajar de punta a punta por Sudamérica no es una tarea fácil, pero la pareja pudo sortear las dificultades gracias a la solidaridad de la gente que los ayudó con comida, un lugar para descansar y compañía. Además, la camioneta está cuadriculada en 7.500 cuadrados, cada uno a la venta por 10 dólares. El comprador de cada cuadrado les manda una foto, un logo o un mensaje y lo colocan en la camioneta y en la página de Laboratorio…, con un link al sitio correspondiente, a modo de publicidad.
Laboratorio en movimiento no es la única asociación que trabaja en pos de un proyecto ecológico, otros proyectos de ciudadanos, empresas y organizaciones también desarrollan energías renovables. Los mexicanos se encontraron, por ejemplo, con la Municipalidad de Vitacura, una comuna al norte de Santiago de Chile que organiza desde el 2006 un punto de depósito para residuos domésticos. También conocieron a la Fundación Ecoandina que se dedica, desde hace 17 años, a investigar e implementar tecnología solar y desarrollo local en comunidades de la Puna argentina. Otro caso, es el del Centro Las Gaviotas, Colombia, que trabaja en el perfeccionamiento de energías renovables, para la propia comunidad (molinos de viento, calentadores de agua solares, arietes hidráulicos) y comercializa los aparatos que inventa.
El primer desafío de Agnes y Chimi llegó a su última etapa pero el Laboratorio en movimiento continúa para seguir promoviendo un cambio en el medio ambiente.
Por María Luján Torralba

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